Pi (fe en el caos) (1998)

La verdad es que hacía bastantes años que llevaba queriendo ver esta película, pero se había convertido en una de esas obras huidizas, que por unos u otros motivos, nunca llegas a ver, pero hoy finalmente he procedido a visionarla, y puedo decir que tan sólo me arrepiento de una cosa: de no haberlo hecho antes.

Se trata de una película realmente interesante, impactante, y que visual y narrativamente cuenta con infinidad de elementos destacables, algunos de los cuales comentaré luego. Lo primero que considero necesario, es hablar brevemente sobre su director, Darren Aronofsky, el cual es afortunado por dos motivos, primero (en mi opinión) por contar con bastante talento para la dirección cinematográfica, y segundo por tener como pareja a la espectacular Rachel Weisz (esto es lo que yo suelo llamar “un tío con suerte”).


Lo cierto es que el bueno de Darren no se ha puesto, hoy por hoy, muchas veces tras las cámaras, pero la verdad es que las veces que lo ha hecho en su mayoría ha firmado trabajos muy interesantes, como esta “Pi”, “Réquiem por un sueño”, que es en mi opinión una obra contemporánea imprescindible, o la más reciente y también muy interesante “The Wrestler”, de la que otro día hablaré.

La película está filmada íntegramente en blanco y negro, algo que le otorga un matiz bastante especial debido a su temática, y que yo creo que es un acierto el que se adoptara dicha técnica, ya que considero que la hace más potente, visualmente hablando.


El argumento nos presenta a Maximilian Cohen, un tipo un tanto estrafalario, un matemático obsesionado totalmente por los números, y que llega a afirmar que “el universo está hecho de números”. Se trata de un hombre realmente inteligente, cuya motivación es encontrar un modelo de predicción sobre el funcionamiento de La Bolsa. El personaje, un tipo maniático y algo enajenado, sufre constantemente unas tremendas jaquecas y en ocasiones llega incluso a presenciar inquietantes alucinaciones.


Los problemas surgen, cuando dos grupos persiguen a Max para hacerse con el resultado de sus investigaciones, por un lado una compañía financiera, y por el otro un grupo de fanáticos religiosos judíos, cada uno de ellos con sus correspondientes intereses, y que harán todo lo posible para hacerse con tan codiciado descubrimiento. Religión y poderes económicos se ven representados en el filme mediante estos dos grupos, se trata en mi opinión de una alegoría a los dos sectores que principalmente tratan de condicionar tanto el conocimiento de Max en la ficción, como nuestras vidas en la realidad.


El filme presenta un aspecto negativo, y es que creo que puede llegar a confundir al espectador la constante cantidad de información que se presenta sobre distintos motivos y procedimientos matemáticos, y que en realidad no guardan relación alguna con el argumento, sino que simplemente se insertan en la película para otorgarle una sensación de tecnicismo, pero que nada aportan realmente a la trama, es mero maquillaje discursivo, una capa superficial que en esta ocasión no embellece, sino que estropea en cierta (aunque pequeña) medida la naturalidad del filme.


En cuanto a los aspectos más positivos, y con los que me quedo, destacaría su soberbio montaje, especialmente me gustan los planos muy rápidos que sirven para describir una acción determinada que se repite en numerosas ocasiones a lo largo de la película (como cerrar la puerta con multitud de cerrojos, o cuando el protagonista toma pastillas), este tipo de montaje resulta sumamente descriptivo y de gran ayuda para representar las características del personaje.


También encontramos movimientos de cámara muy diversos y atrevidos, que otorgan gran dinamismo a la acción, así como las angulaciones que la cámara adopta resultan muy interesantes. Otro punto fuerte, es el que la sensación de paranoia del protagonista esté perfectamente descrita, resulta muy creíble; eso ayuda mucho a comprender el funcionamiento de la película, y a entender la idea que se está buscando transmitir.


Realmente podemos decir que la película resultó ser sumamente inspiradora para la posterior “Réquiem por un sueño”, en la que encontramos repetidas todas las técnicas que acabo de mencionar. Por ello, si visionáis las dos películas, os daréis cuenta rápidamente de que existen infinidad de similitudes técnicas y narrativas entre ambas, incluso algunos pasajes de la banda sonora de ésta, recuerdan descaradamente a otros de “Réquiem por un sueño”.


Creo que “Pi” es un filme recomendable, quizá ya no tanto en cuanto a su guión, sino más bien en cuanto a que se trata de un buen ejemplo para aprender como narrar con el montaje y con la grabación, más que con la propia palabra.

Grizzly Man (2005)

El protagonista de este documental, dirigido por Werner Herzog, es Timothy Treadwell, un activista ecologista, que durante trece años convivió con los feroces osos grizzly en la reserva natural del Parque Nacional de Katmai, en Alaska. A su vez documentaba con su cámara toda su estancia en el parque, con la finalidad de proteger a los osos, principalmente mediante la concienciación social, ya que otra de sus actividades era la educación en los colegios, mostrando a los niños a los osos en su hábitat natural.

El documental parte de la figura de su personaje para presentarnos lo que se dedicaba a hacer durante su convivencia con los osos. Para ello se sirve de diversas técnicas y materiales. En primer lugar cuenta con todo el material de archivo que el propio Timothy filmó durante todos los años en los que visitó el parque hasta su muerte, antes de ser atacado por uno de sus amados osos. Es ese material el que resulta realmente impactante, ya que se muestra una imagen de los osos nunca antes vista, ya que él se acercaba hasta los animales más de lo que otros pudieran hacerlo. Sin embargo no es este un documental de naturaleza que hable sobre los osos, sino sobre la figura de Timothy y su actividad en el parque, planteando a la vez la pregunta de hasta que punto era correcto lo que él hacía.


Otro recurso utilizado, es el propio material original obtenido durante la realización del documental, así como diversos tipos de imágenes de archivo (tanto fotografías como otros vídeos) utilizados especialmente para presentar a la figura de Timothy, para enseñarnos quien era él en realidad, entrevistas, etc. En el apartado de las entrevistas encontramos tanto una entrevista de archivo al mismo Timothy como otras muchas realizadas a amigos y testigos de los acontecimientos, lo que refuerza la dualidad simpatía-oposición con la que contaban sus actividades.


El documental no sigue una estructura cronológica, sino que alterna continuamente diferentes espacios, y salta constantemente del “presente” del documental al “pasado” de los archivos de Timothy, se entrelazan las declaraciones de los entrevistados con los testimonios de Timothy durante sus filmaciones, etc. La finalidad del documental es presentarnos al personaje, mostrándonos en cierto modo las dos caras de la misma moneda en cuanto a su trabajo, la positiva y la negativa, si bien la posición del documental se aproxima más a la primera.


Para ello se incluyen declaraciones tanto favorables como negativas, además el propio narrador del documental en ocasiones lanza algunas dudas acerca de la idealidad sobre algunos aspectos de la actividad que Timothy desarrollaba. Al final es el espectador, quien con la información con la que cuenta debe posicionarse en un lado u otro y sacar sus propias conclusiones de lo que se le presenta, algo en lo que lógicamente influirá su mentalidad y sus posibles experiencias personales al respecto.


La información se presenta a través de un narrador externo, que es quien conduce y da sentido a todo el material que se muestra, esta figura es especialmente relevante en lo que hemos denominado el “presente” del documental, ya que en el “pasado” de las grabaciones de Timothy es él mismo quien toma el rumbo de la narración mediante sus declaraciones ante la cámara.

Podemos decir que en dicho material Timothy se encargaba de todo el proceso de documentación, ejercía las funciones de director, de cámara, y más que de presentador podríamos decir que de actor en su propia película, ya que en mi opinión cuando aparece ante la cámara ejerce las funciones de personaje, un personaje creado por él mismo, a su imagen y semejanza.


En ese material podemos encontrar gran variedad en cuanto a tipos de planos, desde grandes planos abiertos y estáticos en la que podemos observar la grandeza y la belleza del lugar en el que se desarrollan los hechos, hasta planos mucho más cerrados con cámara en mano cuando la ocasión lo requiere, como por ejemplo un seguimiento a un oso desde una posición complicada.

Otro aspecto con el que juega mucho el documental es con las mencionadas declaraciones de Timothy a su cámara, esto se pone en evidencia principalmente en el principio, cuando se muestra a Timothy hablando de su misión de protección, donde declara que sabe que su misión es peligrosa, pero que también sabe que no va a morir bajo las garras de un oso, algo que evidentemente poco después podemos comprobar que no fue así, y que el documental se encarga de resaltar en todo momento.

Una interesante propuesta documental.