C.H.U.D. (1984)

Vamos a seguir hoy de nuevo con una de esas películas ochenteras que a mí tanto me gustan. Me imagino que os estaréis preguntando que demonios significan las siglas que componen el título de la película que hoy nos ocupa, pues bueno os lo digo ya, pero no os asustéis ¿OK? El título es el acrónimo ni más ni menos que de: "Cannibalistic Humanoid Underground Dweller”, o como fue traducido al español: “Caníbales Humanoides Ululantes Demoníacos”, como veis el título es sin duda ya de por sí toda una joya, digna de admiración y respeto, y es que no me podéis negar que hacen falta un par de cojones para ponerle ese título a una película, pensando en atraer al público hasta el cine, pero bueno como ya he dicho muchas veces los 80 eran otros tiempos…

Por cierto ¿alguien me puede decir que coño es un caníbal ululante? En el Word, me da “ventoso” como sinónimo de “ululante”, ¿quiere esto decir, que los monstruos que aparecen en la película, además de ser caníbales, humanoides y demoníacos, tenían problemas de gases? Aunque pensándolo un poco, no me extraña tanto, siendo caníbal, y con lo podrida que está la humanidad hoy en día…


La película como ya os estaréis imaginando deja bastante que desear, si bien es cierto que se deja ver sin problemas, yo la verdad es que con ese título me esperaba algo mucho peor. El argumento resulta sencillo, en la ciudad de Nueva York (donde sino) comienzan a producirse misteriosas desapariciones en serie, algo que los superiores del departamento de policía tratan de suavizar de cara a la población.


Pero un buen día desaparece la mujer de uno de los inspectores encargados del asunto, por lo que decide comenzar a investigar con mayor profundidad. Descubre que muchos de los desaparecidos son indigentes que malviven en el subsuelo de la ciudad, por lo que es por ese camino por el que centra su investigación.


Paralelamente, un fotógrafo que había conseguido su gran éxito gracias a un reportaje sobre esos habitantes del subsuelo, comienza a involucrarse también en el asunto. El policía a su vez se hace con la ayuda de un reverendo que se dedica a ayudar a los indigentes y que también está interesado en buscar una explicación a las desapariciones.

Poco a poco descubren que dichas desapariciones se deben a que en las profundidades del alcantarillado de la ciudad habitan unos horripilantes seres caníbales (y ululantes, no lo olvidemos) que necesitan atrapar a incautos humanos para alimentarse.


Más tarde descubrimos que esos seres, eran antes algunos de los vagabundos que sobreviven allí, y que deben ahora su existencia a una serie de productos tóxicos que habían sido almacenados en las profundidades de la ciudad por el gobierno, lo que les había hecho mutar y convertirse en horrendos monstruos ululantes, los cuales ahora el gobierno no quiere que salgan a la luz, ya que la opinión pública se les echaría encima, por lo que tratan de tapar el asunto a toda costa.


Como vemos la película lanza un mensaje ecológico y reivindicativo, en contra de los productos nucleares y tóxicos, algo muy común en los 80, y que se refleja en multitud de películas de esa década, como esta que nos ocupa, o por ejemplo la serie de filmes de “El vengador tóxico” entre otras.

La película imagino que contó con un pequeño presupuesto, y es algo que lógicamente se nota, tanto en los medios técnicos como artísticos. Por ejemplo, los monstruos salen en contadas ocasiones, y cuando lo hacen, apenas podemos ver de ellos sus brazos, y algunas veces sus cabezas, seguramente no había presupuesto para más. Además las pocas veces que aparecen de cuerpo entero, la escasa iluminación se ocupa de ocultar su fisonomía al espectador, por lo que no sabemos muy bien como es el resto de sus cuerpos.

Mención aparte merece la calidad sonora del filme, que es de juzgado de guardia, y entre otras lindezas encontramos molestos chisporroteos, saltos bruscos de volumen cuando se produce un cambio de escena, disparos que no se escuchan, etc.


Cabe también destacar la presencia de algunos actores reconocibles, como John Heard, Daniel Stern, o una breve aparición del bueno de John Goodman.

En fin, que os voy a decir ya a estas alturas que no sepáis, una película cuyo visionado (o no visionado) no marcará vuestra existencia, pero que se puede ver perfectamente, y más si como yo disfrutáis con el encanto incomparable del cine de los 80.

La mujer explosiva (1985)

No se muy bien que decir de esta película, de la que no había oído hablar nunca hasta ahora (y la verdad es que una vez vista no me extraña en absoluto…), y de la que realmente poco se puede decir.

Empezaré por contaros un poco su argumento, podéis leer tranquilamente, porque aunque os desvele un poco de qué va la cosa, no creo que veáis la película jamás en vuestras vidas; puede que algún día por casualidades de la vida, ó porque no hagan nada mejor en la TDT (raro sería, ya que incluso una partida de esas que ponen a veces de póker mantiene más el interés), o simplemente porque vuestro instinto audiovisual masoquista (que dudo que esté tan desarrollado como el mío) os lo pida, lleguéis a ver esta película, bueno mejor matizo: puede que lleguéis a “comenzar a ver” esta película, lo que realmente dudo es que la terminéis de ver.


Por ello, en un acto totalmente desinteresado y altruista (no hace falta dar las gracias…) voy a compartir con vosotros el argumento, y lo que es mejor el desenlace (que es digno de comentar) de esta, por llamarla de algún modo, “curiosa” película.

Realmente, aunque no me creáis, si con esto evito que alguna alma cándida, de entre vosotros mis fieles y queridos lectores dañe su cerebro con el visionado de este filme, me sentiré feliz, y podré pensar que estoy haciendo un gran bien a la humanidad, y tan solo me quedará esperar que cuando me llegue “el momento” (que poético suena eso de “el momento” ¿verdad?) el bueno de San Pedro (que no León…) me guarde un rinconcito a su vera, salvándome así de las llamas eternas del Averno, a las que hasta ahora estaba condenado, por (entre otros motivos) perder una importante parte de mi vida consumiendo cine de serie B, Z, o si alguien conoce alguna letra más allá de la Z que me la diga, porque de ese tipo de cine también he visto...


Bueno, total que la cosa, va de dos chavales, los típicos perdedores del instituto, a los que las tías ven como dos mocos en movimiento, que buscan hacer realidad sus sueños de adolescente salido, que claro esta, no son otros que estar con un tía, para ello, se les ocurre la brillante idea (tras ver Frankenstein en televisión) de crear una tía mediante la ayuda del ordenador de uno de ellos, al que conectan además una muñeca Barbie, con lo que realmente no se sabe muy bien lo que pretenden las calenturientas mentes de los chavales.


Total, que como era de esperar, algo extraño pasa, se produce una explosión, y la chica que habían creado por ordenador, aparece de carne y hueso en su habitación, para palabras textuales “satisfacer todos sus deseos”, si lo pensamos fríamente llegados a este punto, lo mejor habría sido tomar otro camino, y dirigir la película hacia otro género, llamémosle… ¡porno!, en lugar de comedia adolescente, y seguramente la película habría ganado en interés, ya que al menos la chica es una belleza de la época (Kelly LeBrock), aunque hoy en día la saludable dieta norteamericana parece no haberle sentado excesivamente bien…


A partir de ese momento, en la película se suceden toda una serie de escenas sin sentido ni gracia alguna, que realmente no llevan al filme hacia ningún lado, es como ver una recopilación de imágenes de “Vídeos de primera”, en los que uno no guarda relación alguna con el anterior, y cuya supuesta comicidad es nula.


Pues así pasamos una hora y poco hasta llegar al final de la película que es realmente “lo mejor”, y donde podemos apreciar en toda su magnitud la enorme “calidad” del guión. Espero que mi sarcasmo esté quedando “suficientemente” claro, no quiero que nadie se confunda, y pueda llegar a buscar la película (como yo lo hice). Sí, reconozco que no fue un accidente, fue de forma premeditada, pero ya sabéis que mi mente está un poco enferma, así que espero que lo podáis entender.


¿Por donde iba? ¡Ah, sí! El final… el apogeo a tal disparate de película, llega cuando se organiza una gran fiesta en casa de uno de los chavales, que pretenden así ganar popularidad. Resulta que en mitad de la fiesta (ATENCIÓN A LA JUGADA), irrumpe repentinamente un grupo de ¡malvados motoristas mutantes!, que están totalmente indignados por no haber sido invitados a la fiesta, genial… Después para rematar la jugada, llega el hermano mayor del chaval, que es un cabrón, y que le encanta joder a su hermanito, y amenaza con contarle todo a sus padres, hasta que (REPIQUE DE TAMBORES) la chica con sus poderes cibernéticos le convierte en ¡un monstruo hecho de mierda! Asombroso…


Como podéis ver la película no tiene desperdicio alguno… a mí lo que me confunde de verdad, es que tras haberla visto, todavía no la he borrado de mi disco duro, y lo que aún es peor, seguramente termine por conservarla… ¿Debería preocuparme?

Para terminar deciros que aparecen un par de actores conocidos, cuando todavía eran unos jovencitos, concretamente Bill Paxton, y Robert Downey (que aquí por paradójico que resulte) aún no era JR.


En fin, un entrañable bodrio de los 80, haced caso al bueno del tío Nak, y no la veáis, que no os arrepentiréis por ello. Aun así, os resumo los tres mejores elementos del filme, por si a alguno aún le quedan ganas de verla (al fin y al cabo, sé que mi mente no es la única enferma).

1 - La protagonista, que es muy guapa, y tiene un cuerpazo


2 - El monstruo del final, que es una montaña de mierda parlante


3 - Los efectos especiales y la estética de película de los 80, que es lo único que a mi me gustó.


Sed felices, y para ver esto, mejor ved “Saber y ganar”, que seguro que os reiréis más con su famoso rap…

Alice in Wonderland 3D (2010)

¿Ha vuelto el mejor Tim Burton? Ese que nos mostró una fantasía sin igual en “Big Fish”, que nos fascinó con sus majestuosos diseños de personajes en “Bitelchus”, o que nos hizo reír con “Mars Attacks” (al menos a algunos, particularmente siempre he defendido esta película), o por el contrario estamos ante el Tim Burton de la infumable “Sweeney Todd”, o de la muy decepcionante “El planeta de los simios”.

En mi opinión estamos ante un Tim Burton a medio camino entre ambos, digamos que la mayor parte de la película el director intenta caminar hacia el sendero luminoso de la fuerza, pero en ocasiones siente la poderosa llamada del lado oscuro, por el que finalmente se deja seducir.

A lo mejor a estas alturas alguno pensará que se me ha ido la cabeza…en fin a lo que me refiero con el símil starwarsiano, es a que Burton presenta unas claras buenas intenciones en su película, y durante una gran parte del metraje consigue realizar un filme entretenido y que mantiene el interés durante su desarrollo, pero que no se muy bien porqué, termina dejándose llevar por las prisas y las facilidades, firmando un final tan decepcionante como absurdo.


Realmente a mí la película me ha gustado, pero por el contrario no me fascinado como lo han conseguido hacer trabajos anteriores de Burton. Hablando de lo puramente narrativo, la película presenta dos partes totalmente diferenciadas, y que cualitativamente distan mucho entre sí. Por un lado tenemos el mundo real de la historia (Londres y alrededores), y por otro lado el mundo fantástico del País de las maravillas. En mi opinión, casi todo lo que sucede en el mundo real es absurdo, y carente de interés, y es la parte que creo que lastra la película hasta el punto de mediocridad en el que yo la enmarcaría.


(INICIO SPOILER) Por ejemplo, ¿qué sentido tiene el flirteo del novio de la hermana de Alicia con otra chica? No aporta absolutamente nada a la historia, por no hablar del desenlace, que termina por romper totalmente el buen camino que el nudo se había encargado de construir hasta entonces, no le encuentro ningún sentido, ¿a qué vienen toda esa serie de revelaciones finales?

Está claro que tras su aventura, Alicia ha madurado, y es capaz de tomar decisiones con mayor seguridad, hasta ahí lo puedo entender, pero ¿de dónde cojones saca la información para decidir que es momento de abrir una nueva ruta comercial con China? Por no hablar del bailecito… que tan de moda parece haberse puesto (¿os acordáis de Peter Parker en Spiderman 3?), y que sinceramente me parece una estupidez cuando no viene a cuento, como es el caso, por mucho que el director sea Tim Burton, Sam Raimi, o Perico de Los Palotes.


Tampoco me convenció el absurdo lenguaje utilizado en la película, no se si es cuestión del doblaje en español (que tampoco me extrañaría), pero termina por resultar molesto, y creo que tampoco es necesario para la historia, ¿Por qué utiliza palabrejas como “gloricioso” en lugar de “glorioso”? (FIN SPOILER)


Ahora bien, si la película me ha gustado es por algo, y es por supuesto por el aspecto visual, que es el protagonista principal (por encima de Alicia o el sombrerero) de esa segunda parte del filme a la que me refería anteriormente. El País de las maravillas es absolutamente espectacular, es donde realmente se ve la mano de Burton, aunque en esta ocasión se presente más moderado que en filmes anteriores, perdiendo un poco esos elementos oscuros y góticos tan característicos en su obra.


Uno de los elementos que más me gustaron fue el nuevo diseño de los guardianes con forma de naipes, el séquito de la reina roja, que presentan un aspecto mucho más fiero y amenazante, y se comportan de un modo más militar. También es destacable el nivel de detalle que se llega a alcanzar en los escenarios, como por ejemplo los murciélagos que sujetan en vuelo constante una gran lámpara del palacio, y que prácticamente pasa desapercibido; me gusta mucho cuando en un filme has de fijarte para percibir ese tipo de detalles.


Sinceramente creo que Burton es un director al que no se le dan excesivamente bien las adaptaciones, sino que se desenvuelve mucho mejor cuando construye desde la nada, es un director que necesita una libertad creativa total, y en este caso, si bien ha reimaginado a su antojo muchos de los elementos del filme clásico, se echa de menos un poco más de la tenebrosa psique del director.


No es todo lo bueno que podría haber sido, pero no deja de ser un filme entretenido, al que si se le perdona el final, con un poco de condescendencia, se le puede calificar con una nota algo por encima del mero aprobado, sin olvidar que disfrutareis de lo lindo con el espectáculo visual que ofrece (al menos la versión en 3D).