Ravenous (1999)

“El que luche contra monstruos debe asegurarse de que él mismo no se convierta en monstruo”.

Con esta frase pronunciada alguna vez por Friedrich Nietzsche, da comienzo esta película que debo decir que me ha sorprendido gratamente y me ha resultado cuanto menos entretenida, y que además en algunos momentos te hace pensar, ya que se plantean situaciones en las que algunos de los personajes del film deben tomar decisiones drásticas en momentos extremos, poniendo en confrontamiento su moralidad a su propia supervivencia, y es en esos momentos en los que uno piensa: ¿Joder, y yo que haría ahora?

La película transcurre durante el marco histórico de la guerra entre México y los Estados unidos, allá por el año 1847. Un capitán del destacamento norteamericano que había estado sirviendo en el pelotón es retirado, a modo de castigo, al fuerte Spencer, un recóndito lugar oculto entre los bosques de California, debido a la cobardía demostrada durante la batalla, y que costó por ello la vida de varios hombres a su cargo.

Una noche, de forma repentina, aparece en el fuerte un misterioso y famélico hombre, que apenas puede tenerse en pie. Le recogen y se hacen cargo de él, y una vez recuperado éste, cuenta su historia.

El hombre relata que viajaba junto a un grupo de otras cinco personas por la región, pero repentinamente les atrapó una gran nevada, por lo que tuvieron que refugiarse en una cueva y esperar. Pero pasaba el tiempo y la situación no mejoraba y se terminaron los víveres, es entonces cuando decidieron comerse los animales que les acompañaban. Pero lógicamente los animales también se terminaron en algún momento.

Finalmente no les quedó otro remedio que comerse las botas y los cinturones, pero de nuevo tan exquisito plato también llegó a su fin. ¿Y qué pasó entonces? ¿Empezaron a morir de hambre y el hombre fue el único que logró sobrevivir y llegar hasta el fuerte? No amigos no, demasiado bonito. ¿Qué creéis que pasó? ¡La respuesta después de la publicidad!

O en este caso después del fotograma…


Pues ocurrió que el instinto de supervivencia se puso a trabajar y terminaron comiéndose lo único que quedaba en la dichosa cueva, que no era ni más ni menos que ¡ellos mismos! Sí, ¡terminaron volviéndose caníbales! Brutal.

Algunos pensarán: Bueno esto ya lo hemos visto en “Viven” y otras películas, no es nada nuevo…vale, totalmente cierto, pero no se, en esta película se trata el tema de un modo que me resulta al menos interesante, ya que también se hacen un par de referencias religiosas muy sugestivas, de las que destaco la siguiente en boca de un indio autóctono que también habita en el fuerte al ser preguntado por las ancestrales prácticas caníbales: “El hombre blanco se come el cuerpo de Cristo todos los domingos”, como diciendo, no es algo tan extraño…jeje.

Pero bueno, no quiero seguir con el tema religioso, porque ahí ya me estaría metiendo en camisas de once varas y no es lo que nos ocupa aquí.

Total, que el hombre acaba la historia diciendo que él escapó de la cueva antes de que se le comieran también, pero que dos personas siguen allí con vida, un hombre y una mujer, y que la intención del primero es comerse a la pobre señorita, por lo que todos deciden volver juntos a la cueva para tratar de rescatarla. Y como ya podéis imaginar a partir de este momento es cuando las cosas se complican y se ponen jugosas…

Y es aquí, cuando vosotros si os parece interesante el planteamiento de la película os tenéis que hacer con ella y verla (o audio-verla, como dirían algunos puristas).

Yo creo que vale la pena, todos los personajes están muy bien construidos, y las actuaciones están muy correctas. Como dije antes, se tocan mucho los aspectos morales, a mí me gustó mucho el personaje del coronel del fuerte, cuando por ejemplo en una escena dice: “Tenemos que rezar por este hombre”, y acto seguido mira al tonto del fuerte y le dice: “Ese es tú deber” y se marcha, simplemente genial.

La ambientación del film también es muy buena, y la banda sonora acompaña muy bien en todo momento, y además es cualquier cosa menos típica.

Una interesante película con canibalismo y moralidad como telón de fondo. Echadle un vistazo.

Para terminar hoy me gustaría hacer una pregunta. ¿Alguien no sabe todavía que “Barrio Sésamo” está de cumpleaños? Supongo que no…de cualquier modo desde “Diario de un cinéfilo rebelde” nos queremos sumar a la fiesta, y por ello hoy tenemos al monstruo de las galletas como invitado especial para despedir el post.

Hasta pronto

1 comentarios:

el_nakdjo dijo...

Buenas noches Tatiana! Antes de nada muchas gracias en primer lugar por visitar mi blog, y en segundo lugar por mostrar interés en él y por supuesto por tus elogios, realmente te lo agradezco mucho, ya que estoy empezando en este mágico mundo de la blogosfera, y comentarios como este me llenan de ilusión y me aportan aún más ganas de continuar en ello.

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Muchas gracias una vez más. Besos.

Nacho

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