Silent running (1972)

Nos encontramos hoy ante una emotiva e interesante cinta de ciencia ficción (ojala su planteamiento siga siendo tan solo ciencia ficción y no se convierta en realidad con el paso de los años futuros) y que transmite al espectador un claro mensaje ecológico y de conciencia medioambiental.

La película nos plantea un futuro muy negro, en el que la vegetación del planeta Tierra ha sido totalmente arrasada por la acción irresponsable del hombre, preocupado únicamente por el progreso tecnológico y económico a costa de la destrucción de nuestro patrimonio natural.

La triste realidad es que debido a nuestra acción descontrolada y egoísta tan sólo quedan algunos bosques aclimatados en una serie de naves que se encuentran en órbita en el espacio y que cuentan con una tripulación de cuatro hombres a su cargo, y cuyo objetivo final es poder reforestar La Tierra algún día si se consiguen de nuevo las condiciones necesarias para ello.


De entre la mencionada tripulación, tan sólo uno de esos hombres parece realmente interesado en que esa posibilidad pueda llegar un día a convertirse en realidad, y pone todo su empeño y esfuerzo en cuidar a la vegetación y la fauna con la que cuenta a su cargo en las naves. A los otros tres hombres tan sólo les preocupa el volver a La Tierra, ya que están en la misión de forma obligatoria, y no poseen ningún interés en que el proyecto siga adelante. Incluso llegan a preguntar ¿para que queremos todos esos bosques? Realmente escalofriante…

Se ofrece una visión de la evolución humana totalmente catastrofista, en ese futuro los hombres poseen una mentalidad totalmente aséptica y miserable, sienten repulsión hacia los alimentos cultivados y tan sólo se alimentan de comida sintética creada por una máquina. Un mundo en el que se han erradicado la pobreza, las enfermedades y el desempleo, pero que ha terminado con la belleza del planeta y con los sueños de los hombres.

Lo peor sucede cuando a la nave llegan nuevas órdenes sobre el desarrollo del proyecto. Se anuncia a la tripulación que éste va a ser finalizado, y se ordena que todos los bosques han de ser destruidos, ya que a partir de ese momento las naves van a ser reutilizadas con fines comerciales para generar nuevos beneficios económicos.


Lógicamente los tres tripulantes desinteresados se alegran de ello, pero para el cuarto componente de la expedición ese anuncio se convierte en una tragedia, no puede dar crédito a que los hombres renuncien al último reducto ambiental con el que contamos, si esos bosques desaparecen nunca más podrán volver a existir en La Tierra.

Es entonces cuando el hombre, en la situación desesperada en la que se encuentra hace todo lo posible para revertir dicha situación y tratar de salvar el tesoro natural que contiene la nave.


Es curioso el hecho de que no vemos imágenes de la situación en La Tierra en ningún momento, pero con el panorama que se nos presenta es suficiente para imaginar hasta donde llega el alcance de nuestros actos irresponsables y en lo que hemos convertido nuestro (tiempo atrás) hermoso planeta.

Por lo tanto toda la acción se desarrolla en la nave, que cuenta con unos escenarios muy cuidados y una ambientación impecable. La banda sonora es en muchas ocasiones conmovedora y melancólica, para apelar a los sentimientos del espectador.

Algo que a mí me resulta muy llamativo son los pequeños, entrañables y funcionales robots que ayudan en las operaciones de mantenimiento de la nave, por tres motivos:

a) me resultan muy graciosos porque se mueven como patos.

b) me recuerdan mucho a otros androides que aparecen en “Star Wars”

c) poseen muchos más sentimientos que los otros humanos de la nave.


Una buena película de ciencia ficción, cuyo mensaje debemos escuchar si no queremos (en un futuro no tan lejano) ver nuestro legado medioambiental tan solo en los libros de historia…

0 comentarios:

Publicar un comentario